Hoy celebramos la fiesta de San Isaac Jogues y compañeros mártires. Isaac nació en Orleans, Francia el 10 de Enero de 1607. Sus padres fueron Laurent Jogues y Françoise de Sainte-Mesmin y fue el quinto hijo de nueve.
A los 10 años comenzó a ir a escuelas jesuitas. Más tarde, siendo un joven Jesuita enseñando literatura, renunció a eso para ir como misionero. Después de ser ordenado sacerdote en 1636, fue enviado a La Nueva Francia (Canadá), bajo el liderazgo de Jean de Brébeuf. Se dirigió a las regiones que se encontraban alrededor de los Grandes Lagos en donde el Padre de Brèbeuf y otros se encontraban trabajando.
Su misión era predicar el evangelio a los indios hurones quienes estaban en constante guerra con los iroqueses. Su cartas y diarios cuentan sobre su captura por 13 meses, y como él y sus compañeros fueron llevados de pueblo en pueblo, torturados, y forzados a ver como los hurones que se habían convertido al cristianismo eran asesinados.
Isaac tuvo la oportunidad de escapar y regresó a Francia. El Papa Urbano VII le dio permiso de oficiar misa con sus manos mutiladas. Pero sus deseos de cumplir su misión y negociar la paz con los Iroqueses, lo hicieron regresar junto con Jean de Lalande. En 1646, después de culparlo de una plaga que se había desatado, los mowhaks lo golpearon con un Tomahawk y lo decapitaron.
El primer Jesuita en ser martirizado fue Renee Goupil quien también había sido torturado junto con Isaac.
Jean de Brébeuf fue un Jesuita francés que llegó a Cánada a la edad de 32 años y trabajo ahí por 24 años. Regresó a Francia cuando los ingleses invadieron Quebec en 1629 y expulsaron a los Jesuitas, pero regresó a sus misiones cuatro años después. Hizo catecismos y un diccionario en huron. Vio a 7,000 convertirse antes de su muerte. Fue capturado por los iroqueses y murió después de cuatro horas de tortura.
El Padre Antonio Daniel también trabajó entre los hurones que gradualmente se convertían al cristianismo. Fue asesinado por los iroqueses en 4 de Julio de 1648. Su cuerpo fue arrojado en su capilla y después incinerado.
Gabriel Lalemant había hecho un voto de sacrificar su vida por los indios de Norteamérica. También fue torturado junto con el Padre Brébeuf.
El Padre Carlos Garnier fue asesinado mientras bautizaba a niños y catecúmenos durante un ataque iroqués.
El Padre Noel Chabanel fue asesinado antes de poder regresar a Francia. Se le había dificultado adaptarse a la vida misionera. No pudo aprender el idioma y sufrió una sequedad espiritual durante su estadía en Cánada. Pero aun así hizo un voto de permanecer en su misión hasta la muerte.
Estos 8 mártires Jesuitas fueron los primeros mártires del continente Norteamericano en ser reconocidos oficialmente por la Iglesia.