Padre nuestro, que estás en el Cielo,durante esta época de arrepentimiento,ten misericordia de nosotros.Con nuestra oración, nuestro ayuno y nuestras buenas obras,transforma nuestro egoísmo en generosidad.
Abre nuestros corazones a tu Palabra, sana nuestras heridas del pecado, ayúdanos a hacer el bien en este mundo.Que transformemos la obscuridad y el dolor en vida y alegría. Concédenos estas cosas por Nuestro Señor Jesucristo.
Amén.
Buen Jesús, que te retiraste cuarenta días en el desierto para preparar tu misión entre nosotros, permíteme que tu ejemplo sea un espejo donde verme reflejado durante esta cuaresma. Yo también sé que debo prepararme para cada momento de mi vida,. Sé que junto a Ti, puedo tomar fuerza que necesito para vivir como quiere el Padre. Deseo vivir cada uno de estos días como un prólogo para la Pascua. Que sean una preparación adecuada para poder resucitar contigo y dejar atrás las cadenas del error que me esclavizan.
Tu Pascua es signo de libertad; te pido que me ayudes a lograrla, ya no estar atado a nada que no sea bueno. Que no me atrapen las redes del consumismo, del prestigio social, del aparentar, del “no te metas”, del egoísmo… Que cada día sea un escalón más que me acerque a la verdadera felicidad que Tú me propones con tu vida y tu mensaje.
Amén.
Jesús. Un año más me invitas a recorrer el camino hacia la Pascua. Soy consciente de que, tal vez, me encuentres con las mismas dudas e inquietudes que el año pasado.
Jesús. Perdóname, porque muchas veces pretendo orar y siempre encuentro mil excusas. Sin embargo, tú, Jesús, siempre estás allí, a mi lado; sales a mi encuentro cuando estoy decaído y por eso, quiero recuperar las ganas de estar junto a ti.
Jesús. Cuando caminas cansado y agotado hacia el gólgota, me haces ver que la vida es maravillosa, porque igual que tú, cuando uno se ofrece para llevar la felicidad a los demás, a los despreciados, a los que nadie quiere, a los enfermos; se da cuenta que a tu lado la vida tiene otro sentido.
Por eso, Jesús, ayúdame:
-para que tu palabra no sobre en mi mochila;
-para que pueda conocerte mejor;
-para que si hago ayuno lo haga sin ruido;
-para que mi caridad florezca con sencillez;
-que mi oración brote como un rayo de sol entre las nubes,
y sobre todo, que nunca deje de buscarte.
Jesús. Ayúdame también, para que este tiempo de cuaresma, sea un oasis de meditación y de paz; de pensar en las veces que me he olvidado de ti mientras tú sufrías y morías por cada uno de nosotros. Nada más ni nada menos, que por amor.
Jesús. Ya sé que quieres que te mire a los ojos y así pueda descubrir que merece la alegría seguirte.
Por todo eso, Jesús, ayúdame…
Amén
Señor mío, Jesucristo, creo firmemente que estás aquí; en estos pocos minutos de oración que empiezo ahora quiero pedirte y agradecerte. Pedirte la gracia de darme más cuenta de que tú vives, me escuchas y me amas; tanto, que has querido morir libremente por mí en la cruz y renovar cada día en la misa ese sacrificio. Y agradecerte con obras lo mucho que me amas: ¡Tuyo soy, para ti nací! ¿qué quieres, Señor, de mí?
Amén
Señor, haz que tu pueblo vaya penetrando debidamente el sentido de la Cuaresma y se prepare así a las fiestas pascuales, para que la penitencia corporal, propia de este tiempo, sirva para la renovación espiritual de todos tus fieles. Por nuestro Señor Jesucristo tu Hijo, quien contigo y el Espíritu Santo vive y reina por los siglos de los siglos.
Amén