En estos momentos de dificultad, estamos viendo por todas las redes sociales y las noticias hablar sobre el muro que el presidente Donald Trump desea construir entre los Estados Unidos y Mexico. Vemos que Estados Unidos esta dividido en que es lo que se debe hacer al respecto. Por una parte dicen que hay que construir el muro para proteger al país de drogas, terroristas, y criminales. Por otra parte vemos que otros se oponen en la construcción de dicho muro ya que lo ven como algo que no es necesario y que es mejor buscar otros medios para proteger el país.
Pero ¿que nos dice la iglesia? Muchos Obispos y personajes de la iglesia han respondido sobre este asunto. Aquí esta lo que nos han dicho:
“Estoy descorazonado porque el presidente ha priorizado construir un muro en nuestra frontera con México”
“Esta acción pondrá las vidas de inmigrantes innecesariamente en peligro”.
“La construcción de ese muro solo hará que los migrantes, especialmente las mujeres y niños vulnerables, sean más vulnerables a traficantes y a contrabandistas. Adicionalmente, la construcción de un muro así desestabiliza a las muchas vibrantes y bellas comunidades interconectadas que viven pacíficamente a lo largo de la frontera”
– Mons. Joe Vasquez
Obispo de Austin Texas
“Pienso que nadie niega el derecho de cualquier país de asegurar sus fronteras: lo hace Estados Unidos y lo hace México también. Nadie puede negar la importancia de mantener la legalidad para la promoción del bien común. Cada país tiene su propia legislación inmigratoria y la tratan de aplicar regularmente. Lo que sí se puede cuestionar es el modo de aplicar la ley en las diversas circunstancias del entramado inmigratorio. Y esto lo digo por dos razones: porque estas fronteras y estas leyes no tratan de intercambio comercial de productos materiales, sino de seres humanos, hijos de Dios, hermanos nuestros y posesores de una dignidad y derechos inalienables. Y segundo, porque -como nos enseñó Jesús al decirnos que “el sábado se hizo para el hombre y no el hombre para el sábado” (Mc 2, 27), refiriéndose a la ley – ésta es solamente un instrumento al servicio de la dignidad humana, no su patrona inflexible.”
“El poder de Dios derribará los muros de los corazones para que el Espíritu Santo, como viento impetuoso, circule libremente en nuestro país derribando las barreras del egoísmo y todos esos muros de contención que impiden el amor.”
– Jorge Rodríguez
Obispo auxiliar de Denver
“es un día triste para nuestro país”.
“cambiamos el majestuoso simbolismo, lleno de esperanza, de la Estatua de la Libertad, por un muro ineficaz y grotesco, que muestra e inflama las divisiones étnicas y culturales que durante mucho tiempo han sido el reverso de nuestra historia nacional”.
“Nuestra fe está en el Dios que es el Padre de todos nosotros, y que nos impulsa a ver a Jesús mismo en los inmigrantes y refugiados que buscan seguridad y libertad”.
– Robert McElroy,
Obispo de San Diego
“Las civilizaciones que se honran hacen puentes, no muros”
– El secretario general y portavoz de la Conferencia Episcopal Española (CEE), José María Gil Tamayo
Yo creo que hoy lo que menos necesitamos son más muros. Ya algunos han caído a través de la historia y es absurdo que en estos tiempos sean un signo de progreso. Lo que urge es construir puentes de relación, puentes de comunicación, puentes de fraternidad y de paz entre las personas y los pueblos.
– Monseñor Francisco Moreno
Obispo de Tijuana
Una persona que piensa en construir muros, cualquier muro, y no en construir puentes, no es cristiano.
– El Papa Francisco
Basándonos en los comentarios de los líderes de nuestra iglesia, podemos ver que ellos se preocupan más en el bienestar del migrante que viene a buscar una vida mejor en los Estados Unidos o que esta en busca de asilo. Cristo nos enseña que debemos ser como el buen samaritanos y mantener el corazón abierto a todos.
También hay que tener en cuenta que la iglesia entiende que es importante guardar la seguridad de la nación y no se opone a que se quiera proteger a sus habitantes, siempre y cuando sea de una manera caritativa y justa.
Confiamos en Dios que esto se resuelva pronto.